De compras [Christine]

Llegamos a Port Angeles con Christine despues de unos mometos de conduccion acelerada de mi parte. Nunca crei que llegara a conducir asi, despues de tanto ricirminarle a Edward por ir a 170 kilometros por hora, ahora a mi esa velocidad me parecia muy poca.
Aparque el coche en una de las calles del centro comercial. y mire a mi sobrina con una sonrisa.
Habia accedido a acompañarla a ir de compras muy a mi pesar, pero un poco de aire no me vendria nada mal, tal vez podria atenuar un poco mi sufrimiento de no tener a mi hija conmigo.
Senti como un puñal imaginario se me hundia en el lugar donde estaba mi corazon de roca.
Pense en como estaria con los Vulturis, en lo grande que debia estar. Por lo menos saber que los Vulturis la trataban bien hacia que mi desesperacion se atenuara un poco.

Menee la cabeza a ambos lados para tratar de desterrar la idea de mi mente y consentrarme en Chris, no queria que mi sobrina se sintiera mal por mi culpa.
- Vamos?.- le pregunte abriendo la puerta del coche. Hacia un dia ideal para que yo pudiera salir, nublado y frio.

Observé aterrorizada como Bella manejaba, dios, pensaba que de un momento a otro me iba a dar un ataque al corazón. Gracias al cielo, mi tortura terminó pronto, ésto era peor que salir de compras con Alice.
En cuanto aparcó el coche, me bajé de un salto justo después de quitarme el cinturón de seguridad.
-Bella, un día de estos me matarás del susto, y creéme, Rosalie no te lo perdonaría. - Bufé, mientras ponía mi mano en el corazón, el cual iba mil por hora.
- Sí,será mejor que vayamos. Cuanto antes terminemos mejor, sabes que a mí tampoco me gustan mucho las compras, pero estoy más alta y las camisetas me quedan pequeñas, sinceramente, prefiero pasar dos horas contigo en el centro comercial, que con Alice, la quiero mucho, pero me hace probarme veinte mil conjuntos y parece que nunca acabamos- Dije, exagerando bastante mis movimientos.
La tomé del brazo y nos dirigimos hacia el centro comercial- Eso sí, tu también debes de probarte algo - comenté divertida.

Me rei divertida por su cometario sobre mi conduccion, sabia que conducia como una loca, ademas seguro que Edward manejaba mas rapido que yo.
- Eso porque no me conociste cuando era humana.- le dije percatandome de que no nadia podria escucharme.
- Los 90 kilometros por hora me parecian una velocidad extrema.- esboce un pequeña sonrisa.
Senti su calido tacto en mi brazo y abance con ella siguiendola. No conocia demasiadas tiendas ni estaba a la moda, si Alice no me conprara la ropa andaria con cualquier cosa, me daba igual.
- Oh si, mejor que compres algo antes d que Alice se entere de que tus camisetas ya son chicas, seguro que te internaria en el centro comercial y hasta que no tuvieras ropa hasta para cuando llegaras a los 50 años no te dejaria salir.- bromee.
Menee la cabeza de arriba hacia abajo.
- Prometo que me probare algo...- dije suspirando

- Siendo sincera...no te imagino como humana, no te imagino sonrojándote o con otro color de ojos. Realmente...Para mí eres Bella, ni vampira ni humana, simplemente eres mi tía- Me encogí de hombros.
- A si que no te gustaba la velocidad...- Dije con voz divertida.- Me hubiese gustado más esa parte tuya humana. Sólo rezo para que no te pille la poli, ahh no. Qué encima tienes el descaro de tener un padre poli, si es que no se puede tener más cara que tú- Dije negando con la cabeza, obviamente bromeando. Cualquier que nos viese, nos consideraría amigas, o primas como mucho,y estarían en su razón, por que técnicamente, Bella sólo tenía un año más que yo.

Hice una mueca de horror con la cara - No digas eso Bella, te juro que tengo hasta miedo, no sé tu, pero es que presiento que de un momento a otro va a parecer detrás de nosotros preguntándonos por qué no la habíamos avisado. -Tragué saliva- Suerte que venimos de improvisado, si no,no estaríamos hoy aquí.

-Vamos Bells, ir de compras no es tan malo. -LLegamos al centro comercial y entramos por las puertas corredizas, fuimos directamente a la sección juvenil.

Volvi a reir. La mayoria de las personas que conocian mi condicion se extrañaban en verme como un vampiro y no como aquella Bella torpe.
- Seguro que es a la unica que le pasa eso.- dije mientras asentia con la cabeza.
- No te imaginas lo dificil que era ser huama estando de novia con un vampiro y mas cuando no me podia acercar a Jasper por precauciona que me matara.- le conte rememorando viejos tiempos.
Trate de no pensar en el dia de mi decimo octavo cumpleaños, cuando todo habia salido mal y gracias a eso, pase unos de los peores meses de mi vida.

- Si mejor ni hablemos, en cualquier momento puede salir de la nada...- murmure mirando hacia todos lados en busca de mi hermana adoptiva.
Adoraba a Alice, pero sin duda era espantoso salir de compras con ella.
Las puertas corredizas del centro comercial se abrieron para nosotras y traspasamos las puertas para comenza a recorrer tiendas.
- ¿A donde vamos a ir primero?- le pregunte mirando las vidrieras.

Asentí- Te comprendo, bueno,no del todo. Nunca he sido novia de un vampiro y tampoco creo que Rose me deje peeero bueno, te comprendo cuando dices lo de Jasper, yo soy cuidadosa cuando está cerca, bastante mal lo pasa por mi culpa normalmente como para añadirle más cosas. Yo creo, Bells, que la torpeza la heredé de tí, ya sé que es imposible por que soy adoptada, pero siempre he pensado en eso y como sé que de humana también eras torpe... y tímida. Vaya, creo que he heredado más cosas de tí que de mi propia madre - Dije con una sonrisa.

-Sí, mejor no hablemos- Hice un gesto de cerrarme la boca con una llave y tirarla. Bells me preguntó dónde quería que fuésemos, observé a mi alrededor, ví una tienda que me gusto por lo colorido de sus prendas.
- ahí- caminamos hacia ella, dentro, música "moderna" y baja sonaba por los altavoces.

Escuche con atencion lo que Chris me deci, soltando algunas risas ante las cosas que me decia.
- No es nada facil ser novia de un vampiro.- dije poniendo los ojos en blanco. Habia tenido bastante problemas cuando estaba con Edward siendo tan solo una fragil humana.
- En algunos momentos Edward no podia estar cerca de mi por temor a hacerme daño. Eso sin duda era lo mas fastidioso de nuestra relacion.- le conte.
Rei con lo que me dijo de mis "dones" heredados. Por momento veia reflajada en ella alguna parte lejana de mi cuando era humana.
- Lamento tanto que no hayas conocido en esa epoca, bueno aunque no habias nacido...- recorde.- Era algo totalmente horrible, todo el tiempo me pasaba algo, pero bueno ya sabes todas mis cercanas experiencias con la muerte y esas cosas- claro que las sabia, se las deberian haber contado cerca de un millon de veces. Ahora ya contaban como un chiste "la increible mala suerte de Bella".

Chris me indico la tienda a la que queria que fueramos y camine con ella hasta el local. La ropa que alli habia no estaba mal, pero conociendome a mi prefieria sin ninugn lugar a didas visitar una biblioteca o algo por el estilo.
Escuche la musica que sonaba. Nunca pense que iba a decir eso, pero ahora cuando los años pasaron debia reconocer lo que Edward siempre me decia sobre la musica de "mi" epoca.
- Vaya, la musica cada vez esta peor- reconoci haciendo una mueca para luego observar la exprecion de mi sobrina. Seguro que estaba comportandome como una abuela a pesar de mis cortos trinta y cinco años.

- Por lo que sé, Edward en un principio quería matarte, ¿no es así? Es sorprendente ver cómo eso se transformó en amor - Había un tema en mi mente que no me dejaba tranquila, ya hacía algunos meses que me rondaba por la cabeza y sabía, que Bella me entendería, pues ella ha pasado por lo mismo que yo.
- Bells... no he querido decirle esto a nadie e intento no pensar en ello cuando anda Edward cerca, porque no sé como irá a reaccionar, pero... Ya tengo diecisiete, envejezco, y vosotros, mi familia, no lo haceis. No quiero morir. Tienes...tienes que ayudarme a convencer a mis padres de que la inmortalidad es lo mejor para mí, da igual cual sea el precio que tenga que pagar por ella. - Me sentía mucho mejor después de haber expresado ésas palabras.Suponía que para una madre sería díficil ver como su propia hija, adoptada o no, envejecía, mientras que ella se quedaba en sus dieciocho o diecinueve. Supuse también que ése sería el caso de mi querida y adorada madre, Rosalie.
Los Cullen me ofrecían una vista positiva de la vida vampiro, por lo menos luego de pasar los primeros años de vida. Lo que no me hacía gracia era eso de alimentarme de sangre, la odiaba. Mira, otra cosa heredada de Bells, pensé.
Me acerqué a un estante donde se encontraba ropa de tonos azulados.
- No sé qué decirte, he escuchado música peor, creéme- Sonreí, observé una camiseta muy bonita color azul cielo.
-Tienes que probarte ésta, Bells, sé que a Edward le encanta como te sienta éste color.

Recordé auqel momento en cuanto Chris me preguntó sobre lo cerca que estuvo Edward de matarme. Sonreí levemente. Recordaba el momento a la perfección por mas de los años que habían pasado y la cortina borrosa que hacía mis recuerdos humanos algo difíciles de ver.
- Sí. Estuvo muy creca- pronuncié la plabara muy alargando el sonído de la U.
-Fue un momento aterrador, tendrías que haber visto la cara que puso- solté una carcajada, ahora todo podía ser visto con un buen recuerdo por más que la muerte estuvo hacechandome.
- Se alejo de mi lo más que pudo, pero despúes...- dejé la frase inconclusa ya que ella sabía lo que había pasado después.
- Nunca entenderé porque Edward se enamoró de mi...- murmuré

Pude ver el repentino cambio en su rostro. Sin duda algo la tenía ml o preocupada.
Presté atención cuando Chris comenzó a hablarme de nuevo.
Medité por unos momento tras haber escuchado lo que me confesó.
Entendía lo que le pasaba, y no iba a ser tan hipócrita como para decirle que no era lo mejor para ella, sabía perfectamente lo que se sentía el envejecér año tras año mientras tu familia y especialmente tu novio se quedaba eternamerte barado en lo dicisiete.
Además su caso era diferente, era como el mío, el poder elegír tu transformación hacía esta vida menos molesta. Por lo menos ya sabés lo que te espera...
- Entiendo perfectamente, protemo ayudarte. Pero tienes que estar segura, Chris. No tiene que importarte que para nosotros no pasen los años, solamente trata de disfrutar tu vida de la manera que tu creas mejor- le aconsejé, depués de que su transformación acabara ya no habría vuelta átras.
No sabía como Roslaie podría tomarlo, ya que nunca habíamos hablado sobre este tema, por mas que todos lo pensáramos.

Reí cuando vilvío a hablarme de la música. Se acercó a un estante y coemnzo a mirar ropa de color azul. De entr todo elegió una camiseta muy bonita color cielo para luego pedirme que me la probara.
- No se te escapa nada ¿eh?- le dije con una sonrisa mientras tomaba la camiseta que Chris había elegido del color favorito de mi esposo.

Le sonreí
- Yo sí lo entiendo Bells, eres especial, deslumbras por donde pases, y no es cosa de vampiros. Tu forma de ser te hace especial y tu belleza, inigualable. Edward hubiese estado ciego si no se hubiera fijado en tí. -Hice una pausa- ¿qué fue lo que te llamó la atención de Edward? - Le pregunté interesada.De seguro, lo primero que le llamó la atención fue su belleza vampírica, pues hasta yo, que ya estaba acostumbrada a verlos, me seguía impactando como desde que recordaba.

Asentí con la cabeza varias veces seguidas- Sé que mi vida sería mejor siendo un vampiro, no temer por sangrar, por envejecer, caerme o enfermar. Viviría por siempre con las personas que quiero. Aunque no te negaré que echaría de menos el dormir, el comer...- Me quedé pensando unos segundos- Bueno,a lo único que le temo es a la transformación, pero para mí, ese es lo que tengo que pagar para la inmortalidad. ¿Qué más da tres días de dolor, cuando hay miles de años luego para disfrutar de la vida?

Negué con la cabeza, algunas veces tenía muy buena memoria. Busqué los probadores con la mirada y cuando los encontré, empujé a Bella dentro de ellos.
-Quiero ver qué tal te sienta. Y agradece que no esté Alice, por que en vez de entrar con una prenda, entrarías con veinte.

Sonreí a mi sorbia y no pude evitar sentirme enternecida por lo que me dijo.
- ¿Belleza?- le pregunté riendo- Eso es nuevo. No toda la vida he sido como me ves ahora, además de que por supuesto no le llego ni a los talones ni a Alice, Rose o Esme- murmuré aún sonriendo. Sin ninguna duda era la chica Cullen menos agraciada, jámas iba a conseguir tener aquella gracia y elegancia que portaban mi hermanas o mi suegra.
- Pero de todos modos, gracias por el cumplido- agregué.
Después de una pausa en la que ninguna de las dos habló escuché la voz de mi sobrina nuevamente.
Me pensé la respuestaa esa pregunta por un segundo.
- Por supuesto lo primero que ví en el era esa perfección y la elgancia con la que hacía todo. Eso tan solo al principio ya que una no puede enamorarse solo de una cara bonita.- dije encogiéndome de hombros- Luego cuando lo empecé a conocer descurbrí lo caballaro que era, aunque no voy a negar que me daba algo de miedo con todas aquellas advertencias suyas. "Bella soy una mala persona, si fueras inteligente no te acercarias a mi"- dije haciendo una mala imitación de su aterciopelada voz.- Pero después que todo eso paso me di cuenta de que me había enamorado tan profundamente de él como jámas me había pasado, y desde ese momento comprendí que ya no podía estar lejos de él por mas de los riesgos- terminé con un profundo suspiro.

Expuso las razones por las que quería ser transformada. Y ese fue uno de los momentos donde me pude ver reflejada en ella.
Recordé aquellos tiempos donde mi mayor anhelo era ser un vampiro, no por la inmortalidad ni la belleza, tan solo para pasar el resto de la eternidad al lado de la persona que mas amaba en el mundo, lo cierto es que una vida humana me parecía muy poco tiempo para permanecer con él.
- Uff, dormir- murmuré asintiendo con la cabeza, una de las cosas que mas extrañaba.- Bueno, veo que tienes las cosas bastante claras, como ya te he dicho cuentas conmigo y seguro que Alice también estará a favor de esto- le dije dandole ánimos.
En cuanto lo menciono, pensé en aquel dolor impresionante, el mas horrible que había sufrido en mi vida. Recuerdo que deseaba la muerte segundo a segundo. Nunca podría olvidar esa sensación.
- El dolor, es algo impresionante- le conté- No quiero asustarte, por supuesto...- me apresuré a añadir- pero es la verdad, ninguno de mis muchos accidentes o magulladuras se compara con eso, y mira que me ha pasado cosas...- me estremecí levemente al recordar aquellos días de mi transformación.

Christine me empujó a un probador vacío. Entré a regañadientes y me quite la camiseta para probarme la otra celeste.
- Si, creo que en eso tienes razón- respondí desde detro del probador -Debo agradecerlo- me puse la camiseta y me miré en el espejo ántes de salir.
Giré un par de veces viendo como me quedaba desde todos lo ángulos posibles. Corrí la cortina y salí fuera para que Chris pudiera verma
- ¿Qué tal?- le pregunté

-Ayy Bells, qué poco te quieres.- Le miré, con una mueca fingida de enfado- Regla número uno, para que te quieran los demás, debes de quererte tú primero.
- Llevas razón al decir que Rose, Alice o Esme son muy hermosas, pero nadie es perfecto, ni siquiera los vampiros. Tal vez... lo que necesites sea un cambio de look, otro peinado, maquillaje distinto. A todo el mundo , o casi todo, le sienta bien un cambio de vez en cuando. Además, a Alice le encantará la idea, o si quieres, podemos hacerlo en secreto, solo que no creo que se lo tome muy bien. Nos pondrá ojitos y nos hará sentir mal, créeme. ¿ O no recuerdas cuando el año pasado le dije que no quería fiesta de cumpleaños? Al final se hizo con la suya, pero así es Alice y así la queremos.
- Edward...ya quedan pocos chicos como él, por no decir ninguno. -Suspiré.- No lo digo por la belleza, porque sí, es hermoso, peero...yo lo veo como a todos los vampiros. Me refiero a la personalidad, caballeroso como dices, amable, demasiado sobreprotector para mi gusto pero yo sé de muchas de las chicas del instituto que mueren por él- Dije antes de echarme a reír.

Sonreí,conmovida- Gracias Bells- Le di un pequeño abrazo- Espero que sí Alice esté de nuestro lado.
- Ya,ya me imagino el dolor.- Un escalofrío recorrió mi columna vertebral. - Bueno, prefiero pensar en positivo y no en ese momento, ni en los próximos años....
Negué con la cabeza, no quería pensar en las partes negativas, por que había momentos en los que me tentaban a echarme hacia atrás.
Mientras Bella se probaba la camiseta, me acerqué hacia un estante donde había vaqueros y busqué uno de color blanco roto. En la parte trasera, en el filo de los bolsillos, había piedrecitas de tonos azulados. Busqué la talla de Bells y justo cuando yo llegaba frente al probador, Bella abrió la cortina.
-Wow Bells, me encanta como te queda. Aver, da una vueltecita- Le pedí. Sonriendo.

Bajé la vista al suelo tras el regaño de mi sobrina. Era algo normal que tuviera el autoestima por el suelo.
Al instante volvía a levantar la cabeza con una expreción asustada en el rostro. ¿¡Cambio de look!?, o no, no. A Alice le encantaría la idea si se enterara. Ya conocía que pasaría si se Chris se lo dijera, no tendría ninguna forma de escapar.
- ¿C-cambio de look?- le pregunté tartamudeando- ¿Crees qué es necesario?- volvía a preguntar buscando alguna escapatoria.
- No, no, ahora no. Alice nos mataría, ya demasiado que hemos salído de compras sin ella- solté las palabras apresuradamente en cuanto mencionó la idea.

Pero de un momento a otro la cara de horror que expresaban mis facciones se borro al escuchar hablar de Edward otra vez.
- Es lo que tiene haber nacído en mil novecientos uno- dije haciendo una mueca con los labios. Seguro que la gente de esa época eran como él.
Suspiré cuando mencionó a las chicas del instituto. Ya me tenían algo cansada las muchachas que perseguían a mi marido por los pasillos. No solamente por eso, sino también a las caras de odio que me ganaba por estar con él.
- Ni lo menciones...- dije en un susurro- molestan demasiado-

Me abrazó y la rodeé con mis brazos y recosté mi cabeza durante uno segundos contra la suya.
- No te preocupes ahora por eso.- le dije cuando la vi estremeserse- Ya me encargaré yo de hablar con los demás.-

Chris me dió su opinión sobre la camiseta y no pude evitar morderme el labio inferior cuando me pidió que diera una vuelta. La miré con cara de "por favor no", pero finalmente accedí y gire rápidamente para después volver a mi posicion original
- ¿Y qué hay de ti?- le pregunté extrañada- Es hora de que elijas algo tu-

Me encogí de hombros- No entiendo por qué te asusta tanto un cambio de look, no va a ser radical, aunque conociendo a Alice, te cambia la apariencia en dos cuartos de segundo. - Sonreí- Pero bueno,no importa. Dejaremos por el momento el temita del cambio de look de lado. - Dije después de observar cómo su cara cambiaba radicalmente, sin necesidad de maquillaje ni nada por el estilo.

Solté una carcajada al ver como se ponía nerviosa al hablar de haber salido de compras sin Alice.
- ¿crees que no nos mate demasiado si le llevamos unas cuantas camisas de su marca favorita de ropa? - Pregunté, esperando que Bella dijese que era una buena idea, si no, ya me veía esclava de los ojitos de corderito degollado que me pondría Alice.
Me imaginaba lo que me diría : Sí querías ir de compras, me lo hubieses dicho a mí, sabes que te llevo. Pero no te preocupes por que a partir de ahora iremos todas las semanas. Y yo soltaría un grito de desesperación, como en las películas. Chris,tienes que dejar de ser tan exagerada, me dije a mí misma.
Mis ojos se abrieron como platos al oír en el año que había nacido Edward- Jope... y pensar que tiene más de cien años. ¿Cómo estaría Edward si siguiese siendo humano? Seguro que lleno de arrugas y con un bastón en la mano para poder caminar, si es que con cien años uno puede caminar...- Comenté, pensativa.
Solté una carcajada- Son como fans locas que corren detrás del actor que sale en la peli del momento y está buenisimo.
Bueno,creo que son peor, por que a éstas las tienes detrás diariamente,y siempre son las mismas. - Normalmente, las fans de los actores famosos de Hollywood, se conformaban con ver una o dos veces a el famoso en concreto en persona.

Noté sus fríos pero a la vez cálidos brazos alrededor de los míos, cogí aire por la nariz, mis fosas nasales se llenaron de ese olor que tan característico en ella era, el champú de fresas, sonreí por eso, me gustaba su olor. - Quiero saber cuando antes la opinión de todos, pero no tiene por qué ser ahora. Me conformo con tener el sí, y en el momento en el que yo me sienta segura de hacerlo, hacer la transformación.

Vi su cara, sabía que no le gustaba nada de nada hacer de modelo- Te prometo no traerte de compras en por lo menos cinco meses. - Le prometí.
- La camiseta es genial Bells, seguro que te quedan muy bien con éstos pantalones. - Dije pasándole los vaqueros que minutos antes había cogido.
-¿Yo? Ehm... - miré a mi alrededor, vi una camiseta blanca tipo palabra de honor, con una cinta roja debajo del pecho y a un lateral, la cinta acababa en un lazo. - Me gusta ésta,¿qué opinas?

Solté una risita nerviosa al escuchar lo que dijo de Alice. No lo tome como una exageración en lo mas mínimo, conocía bien a Alice y sabía que haría cualquier cosa en cuanto se saliera con la suya.
- Es como una de mis fobias...- bromeé todavía algo asustada.
Relaje mi rostro en cuanto la escuché decír que dejaramos el tema de lado.
- Sí, mejor- dije con la voz mucho más clara- Tal vez en un tiempo... no se, uno cincuenta o sesenta años- rodé los ojos y me volví para mirarme al espejo, la camiseta no estaba tan mal.
Supiré y moví un poco los brazos hacia delante y átras.
Me heche a reír cuando escuche lo que me decía sobre la edad de Edward.
- Creo que ya no lleba ni la cuenta de sus años- luego comencé a reír a carcajadas imaginandome a Edward como lo describía Chris, pero por suerte él estaría por siempre estancado en sus dicisiete eternos años y conmigo... para toda la eternidad. Sonreí ante es idea, no dejaba de sentñirme extremadamente felíz cada vez que lo recorada. Todos estos años habían pasado tan rápidoque casi me parecía mentira. Entónces el nudo en mi garganta se formo nuevamente como siempre al recordar en mi hija, el fruto de aquel amor totalmente apasionado que nos teníamos con mi esposo, ella no estaba conmigo y nunca conseguiría la felicidad completa hasta que estuviera a mi lado.
Su voz me sacó de mis pensamientos y el alivio recorrió todo mi cuerpo al interrupír aquella dolorsa pena que me perseguía a todo momento.
- Todos los días es lo mismo... Muy pocas veces me aprovecho de mi cualidades como vampiro y pongo cara de "alejate o te corto la cabeza", es muy divertido ver su cara de susto- reí despreocupada.- A veces pienso que Edward disfruta el que me ponga celosa- sonreí de lado por un moemento.

Asentí con la cabeza mientras hablaba.
- Por supuesto, tu solo ocupate de estra sergura de si esto es lo que deseas. Además no creo que todos se opongan, otro que estará encantado de no tener que estarse preocupando todo el tiempo por no matarte será Jasper- recordé.

Su propuesta de no traerme de compras por cinco meses me tento demasiado. Moví mi cabeza arriba y abajo una y otra vez con una sonrisa dibujada en los labios.
- ¿Cinco meses?- pregunté con los ojos entornados- Elige todo lo que quieras, seré tu maniquí por el día de hoy- bromeé.
Tomé los pantalones y caminá hacia el probador otra vez, pero me detuve por la mitad para voltear y ver la camiseta que Chirs había elegido.
- Esa me gusta, purebatela- Tomé su mano y la acerqué a el probador de al lado para que se la pusiera.

Sonreí, le seguí la broma- Está bien, todo el mundo tenemos fobias, pero lo comprendería mejor si me dijeses que tienes fobia a las arañas, a las serpientes o a Drácula- Dije, enarcando una ceja- Pero...¿tener fobia a las compras? Es como si yo te dijese que soy alérgica a la comida. Bueno, lo tuyo es comprensible, llevas más años aguantando a Alice. Está bien, ganas tú.
-¿Cincuenta o sesenta años?- Puse cara de sorprendida- Espero estar preparada antes que pasen esos años, por que, no pretenderé hacerte un cambio de look cuando sea una abuelita- Le sonreí.

Bufé- Es normal Bells, si yo solo tengo diecisiete y ya a veces me tengo que pensar los años que tengo, imagina Edward,¡o Carlisle! Yo no recordaría ni mi fecha de nacimiento. -Sonreí.
Pude ver la cara de tristeza que puso Bella, supe por la expresión de sus ojos en quién estaba pensando. Me sentí muy mal, tanto por ella como por Edward, perder a su hijo...arrebatárselo de las manos. ¿Quién en su sano juicio haría algo así? Negué con la cabeza varias veces. Yo intentaba hacer sentir mejor con mi presencia a Bella, ser cercana, no pretendía ser su hija por que a parte de que yo ya contaba con una madre estupenda sabía que nunca llegaría a reemplazar a Renesmee, ni tampoco lo quería.
Pero a veces, notaba con mi presencia que Bella se ponía peor, por que notaba que echaba de menos a Renesmee aún más cuando estaba yo. Total, estaba hecha un lío por dentro y claro, nunca sacaba ese tema por que entonces sería cuando Bella se sintiese peor.

-Pues ya sabes lo que tienes que hacer, Bella, plántales cara. Imponte. Que vean quienes mandan ahí. En cuanto se le acerquen a Edward un poquito, te pegas a él y de seguro corren despavoridas.
Volví a bufar- Seguro que le gusta, por que eso demuestra que le quieres. Pero te aseguro que él siente aún más celos que tú, por que lee los pensamientos de todos los chicos que hay a 1 kilómetro a la redonda.

-Jasper...sí. Yo creo que hará una fiesta y todo cuando se entere de que no tendrá que seguir preocupado por arrancarme o no la cabeza, o por lo menos, dejarme seca.

Solté una gran carcajada cuando ví la cara que puso Bells cuando le dije que no la traería de compras en cinco meses.
- ¡Qué no te escuche Alice! Capaz es de decirte que va a estar cinco meses sin llevarte de compras solo para que seas su perchero. Sabiendo luego que ella no cumplirá su promesa. -Suspiré-[color=DeepSkyBlue] Para qué mentirnos, en realidad, salir de compras con ella no es lo mismo. Sin ver su sonrisa contenta cuando le gusta una prenda, o verla dar saltitos de un lugar para otro a velocidad casi in-humana.[/DeepSkyBlue]- Sonreí imaginándomela.
-De acuerdo- Entré en el probador continuo al de Bells y me quité con rápidez la camiseta, poniéndola al derecho y colgándola en las perchas. Descolgué la camiseta que había elegido y me la pasé por los brazos, me la acomodé y luego de echarme un vistacito desde varios ángulos. Salí. Bells aún no había salido.
- Aquí te espero- Le dije, apoyada en la pared que estaba en frente de los probadores.

Reí a carcajadas, las ocurrencias de Chris siempre me daban tanta gracia.
Escuché las fobias que me iba diciendo y comencé a negar con la cabeza.
- Nada de eso. Las arañas y las serpientes seguro que me tienen mas miedo a mi que yo a ellas, seguro que no pueden hacerme daño. Y Drácula, por favor Chris. Estuve de novia con un vampiro unos cuantos años y si no morí con todas las cosas que me pasaron no creo que Drácula sea una gran amenaza, y menos ahora- dije señalandome, al igual que Drácula, yo era un vampiro.
- ¿Pero cómo puedo salvarme de mi hermana?, ni muerta. Alice siempre se sale con la suya, en serio es algo aterrador.- bromeé también.
Reí nuevamte.
- Ups, perdón no contaba con que eras humana- dije haciendo una mueca con la boca. Pero por más que Rosalie no quiciera Christina seguramente terminara siendo como el resto de nosotros, no solamente por sus razones de no enevejcer, si no también por lo mismo que me había pasado a mi: Los Vulturis.
Sí, los malditos Vulturis y sus estúpidas reglas. Mantener el secreto a rajatabla era esencial en el mundo vampírico.
- Acortemos en plazo a unos cuantos meses por ahora- rezoné.

Chris tenía razón sobre lo de las fechas de nacimiento.
- Ni yo lo recuerdo a veces y soy la que menos tiempo tiene de trasnformada- le comenté, el tiempo no tenía el mismo significado para nosotros, un año o diéz era lo mismo. De todos modos poco me importaba mi fecha de cumpleaños, aborrecía cumplir años, obviamente por lo que pasó en el últimos cumpleaños que había festejado como humana.

Me carcajeé otra vez con lo que me decía sobre las chicas.
- Hay una en especíal- le conté recordando en mi mente la cara de la fastidiosa chica.- Veo en su rostro como se debate consigo misma para acercarsele cuando yo estoy alejada- murmuré algo enfadada.
- Podría comermela - bromeé fingiendo exitación en mi voz.
- Fatidiosas chicas humanas con las hormonas alteradas- protesté- ¿Te das cuenta que ya ni respeto tienen con un hombre casado?-
Imaginé a Jasper saltando de alegría con un par de globos en las manos al saber que su sobrina ya no le provocaría sed.

- Por eso hago tratos contigo- le dije con una radiante sonrisa al pensar que no tedría que vivistar ninguna tienda mas por unos meses.- Con Alice no sirve de nada, con solo un puchertio terminas el resto del día internado en las tiendas- me reí.
Entró en el probador y lo mismo hice yo con el pantalón en las manos.
Me desvestí con rápidez y me enfunde el jean. Sentí la voz de Chris ya fuera de los probadores.
Después de mirarme un par de veces salí y me la quedé mirando.
- ¡Me encanta como te queda esa camiseta!- exclamé entusiasmada. Sin duda le iba preciosa al cuerpo

- Pues a mi no me gustan las arañas, me dan asco. Yo no sé como Lois Lane se enamoró de Spiderman, ¿a caso no le importaba que su novio fuese una araña que echaba por las manos teleraña? Lo único que le faltaba era poner huevos.
Rodé los ojos, no me gustabas las películas tipo Spiderman o Superman, eran demasiado subrealista. Pero quién me iba a decir a mí que eso no podría existir. Si no llegase a vivir con los Cullen, mi familia. Seguiría en la ignorancia sobre éste mundo, al cual, de momento, no pertenecía del todo.
- Bueno...si no le temes a Draculín, debes de admitir que la niña del exorcista si que lo da. Con toda la cara llena de arañones y dando vueltas la cabeza- Puse cara de asco- Esa película me ha marcado de por vida, en serio.

- Por ahora lo soy- Dije, asintiendo con la cabeza varias veces, lentamente. Cuando Bella dijo sólo unos cuantos meses, la barriga empezó a dolerme, y las piernas parecían de gelatina.
- ¿sólo unos...cuantos meses? - Respiré hondo, para no ponerme a hiperventilar.
- Yo contaba....con tres o cuatro años. Tengo aún varias cosas que hacer como humana, la principal es que quiero ser madre. Parecerá una tontería, pero es algo que deseo... -Dije mirándola fijamente. Tal vez el hecho de ser hija única y el tener pocas amigas por no decir ninguna en el instituto, sin contar a mis tías o tíos, era una de las razones por las que anhelaba el tener un bebé.

Tragué saliva- ¿Y si no me contengo Bella? ¿ Y si mato a algún humano inocente? No me lo perdonaría- dije mirando a otro lado, distraída.

- Bueno, entonces lo que debes de hacer, es obligar a Edward que lleve una camiseta que ponga: Estoy casado con Bella Cullen. Y así ya ninguna chica os molestará.

Sonreí- Lo peor de ir de tiendas con Alice, es que acabas con tremendas agujetas y con los pies adoloridos, por lo menos yo. Vosotras no sois humanas y no se cansais, pero yo sí y hay veces en las que me acuesto y no desearía levantarme hasta dentro de tres días.
Cuando Bella salió, ví lo bien que le sentaba el pantalón- Vaya Bella,estás guapisima. - Me sonrojé cuando hizo el comentario sobre cómo me quedaba la camiseta.
- Gracias, la verdad es que es muy bonita. Bueno,voy a entrar al probador para quitármela. Supuse que Bella hizo lo mismo que yo, me quité la camiseta y me puse la que traía antes.
Salí del probador acomodándome un poco el pelo, pues de quitarme y ponerme las camisetas estaba un poco despeinada. - ¿Vamos a la sección de vestidos? - Pregunté.

Otra vez y como era de esperar reí con sus comentarios. Me dió mucha gracia pensar que habíamos comenzado hablando de fobias y terminamos en Spiderman.
- Son las cosas del amor...- dije poniendo la voz lo mas melosa posible, para luego soltar una risita. Pero después de pensarlo por un momento conocía a la perfección varios de esos casos.
- A veces uno quiere lo que no debe o es malo para sí...- esta vez mi voz sonó seria y me alegré, ya que no quería que me tomara a la ligéra.
- Mira tu caso- le pedí- ¿Acaso no quieres a tu familia?, estoy segura de que cualquiér persona se sentiría aterrada de tener como familia un montón de chupasangres- sonreí ligeramente al pronunciar esa palabra, al instante recordé a Jacob y pude escuchar el eco de su voz en mi cabeza, de aquellos días donde solíamos pasarnos las tardes entereas en la playa.
No me molestaba en lo absoluto agregarme a esa descripción, pero Jake no solía hacerlo.
Inspiré profundamente y luedo deje escpara el aire por la naríz con lentitud. Ahora Jacob estaba tan destrozado como Edward o yo misma. El dolor se hizo presente otra vez y pude sentir sus oleadas en mi pecho.
Luego de unos momentos interrumpí abruptamente mis pensamientos y me enfoqué en seguír escuchando lo que mi sobrina me decía.
- Esta bien, lo acepto. Esa película sin duda me puso los pelos de punta- dije riendo- A mi también me ha marcado- Reneé solía reírse de mi temor por encontrar a la niña de esa peli bajo mi cama o en algún otro lugar oscuro.

Pude ver como la sangre huía de su cara y su expreción se descompuso. Me acerqué unos pasos a ella asustada de que algo malo estuviera pasando, pero entónces repitió las palabras "unos cuantos meses" que yo acababa de pronunciar. Me acerqué mas y posé una de mis gélidas manos sobre su hombro para tranquilizarla.
- No, no, Chris, no me refería a tu transformación, si no a mi cambio de look, sabes lo poco que nos importa el tiempo- le expliqué. Cincuenta años no me parecían mucho timepo, pero no había tenído en cuenta que el tiempo corría mucho mas rápido para los mortales.
La sonrisa se dibujo instantaneamente en mis facciones al escuchar cual era su deseo.
- Me parece genial que quieras ser madre. Es lo mejor que puede... pasarte- la voz se me quebró ántes de poder terminar la frase y me vi atrapada otra vez en aquel profundo pozo lleno de desolación. Bajé la vista al suelo mientras dejaba que el dolor me dominase.
Deseaba llorar con tantas ansias que hubíera dado cualquier cosa en ese momento por sentí otra vez las lagrimas resvalando por mis mejillas, pero no podía, era una de las cosas a las que había renunciado por la inmortalidad.
Sentí la preocupación en un voz y recorrí por un momento su mejilla con la yema de mis dedos.
- No le harás daño a nadie, será diferente para ti, al igual que lo fue para mi. Ya sabes que esperar- dije con algo de desgano.

Traté de recomponer mi rostro y me sentí mejor al notar que tuve éxito.
Hice fuerza para desterrar de mi mente por lo menos por un rato aquellas ideas.
- No esta nada mal- bromeé, mientras imaginaba a Edward llevando una camiseta con esa incripción- Tendré que manda a hacer una- le dije fingendo pensarlo.
- No quiero ni pensar en el regaño que te dará Edward cuando se entere que tu me diste la idea- se dibujo una sonrisa de picardía en mi rostro. Por un momento lo pensé de verdad pero no haría que el pobre de mi marido llevara una camiseta así, no quería que se viera ridículo. Además Alice no me dejaría vestir a Edward con tan espantosa prenda. Imaginé su cara de horror y reí.

Yo ya no me cansaba por estas cosas, pero recordaba cuando era una humana presa de la adicción de Alice por las compras.
- Creeme, sé lo que se siente- le dije entre risas
- Gracias - le dije con algo de verguenza cuando salí del probador con el pantalón puesto y recibía lo alagos de Chris.
A continuación ella se sonrojo por mi comenatario sobre su camiseta.
Esto de recibir alagos no se nos daba bien a ninguna de las dos.
Asentí cuando me informó sobre que se cambiaría y lo mismo hice yo. No tení ganas de hacerlo a velocídad humana, así que en menos de una fracción de segund me encontraba fuera del probador con al ropa en la mano, sin que nadie hubiese notado mi rápidez.
- Claro, sección de vestidos- le dije mientras me giraba.

Off: Perdón, este no me gusta como quedo. Lo que pasa que lo escribí una vez y cuando lo fuí a postear se me borro TODO! El otro me había quedado mejor y mas largo¬¬
Casi me muero, pero aca esta por fin xD

-El amor...- Repetí, en un susurro muy bajo. Yo nunca había estado enamorada, o por lo menos, no de verdad. Debía de admitir que alguna que otra vez me había "enamorado" de algún personaje de una peli, o del integrante de un grupo. Pero no sabía verdaderamente qué era el amor. ¿Se podía definir con palabras? Yo desde luego, pensaba que no. Siempre que veía a las parejas felices por la calle, o a mis padres, tíos o abuelos. Sentía ese bichillo de la curiosidad por saber que se sentía al amar. Bueno ,debería de especificar. Si que había sentido amor, pero amor hacia mis padres, familiares o algo parecido. Pero YO quería sentir amor, ese que te hacía volver loca e irracional, ese amor por el que darías la vida y no te importaría que te amputaran todas las extremidades con tal de ver a la persona amada... Suspiré.

Sonreí al escuchar la voz de Bella. Se le notaba que estaba enamorada, pues cada vez que hablaba o mencionaba a Edward, su rostro se iluminaba y una sonrisa bobalicona aparecía en su cara y estaba segura, de haber sido humana, se hubiera sonrojado y el corazón le latiría a mil por hora.

¿Llegaría a sentir yo algún día algo tan profundo como lo que sentía Bella por Edward? ¿ O viceversa?

Asentí a sus palabras. Tenía razón, había veces que queríamos hasta lo imposible, doliese o no.
- Claro que os quiero Bells.- Hice una pausa- Pero esto no es lo mismo. Yo os quiero, y no me duele y además, sois buenos para mí. Aunque algunas personas se aterrasen al estar cerca de vosotros. Pero para mí, sois lo mejor que me ha podido pasar. ¿Qué hubiera sido de mí si Rose y Emmett hubieran decidido no adoptarme? No lo quiero ni pensar... - Quité esos pensamientos de mi mente. Centrándome en la conversación con Bells.

Volví a poner una mueca de horror cuando recordé la película.- Aún pienso que va a bajar al revés por las escaleras - Sonreí levemente.

Asentí de nuevo a sus palabras, pensé que con lo de unos cuantos meses se refería a lo de mi transformación, pero por lo visto me equivocaba. O tal vez Bella lo habiá dicho para que no me sintiese mal, para que no me desmayase ahí mismo. De todas formas, me gustaba pensar en la primera opción,en la que Yo había sido la que estaba equivocada. El frío tacto de Bells en mi hombro me tranquilizó lo suficiente como para volver a respirar normal, era como si Jasper hubiese andado cerca. Miré a mi alrededor para cierciorarme. No había nadie a 300 metros a la redonda.

En cuanto ví la expresión de tristeza de Bells y escuché su tono de voz, me arrepentí veinte mil veces seguidas por haber sacado el tema de conversación. Me acerqué a ella y la abracé por la cintura. Era lo mejor que podía saber, en casos como ése una acción o una mirada eran mejores que las palabras. Me sentía como una ruin y cruel traicionera, sólo estaba lastimando a personas que quería.
- Lo siento Bells, no quise...no quise hacer sentir mal. No debí de sacar el tema. Ya sé que no te gusta hablar de ello. Lo siento, de veras. - Me disculpé reiteradamente. Aunque sabía de antemano que ni mil disculpas por mi parte hacia Bella me harían sentir mejor. ¿En qué piensas,Chris? Bella ha perdido a su hija y tú sólo haces repetírselo una y otra vez. Me regañó mi conciencia.

La miré a los ojos con gesto esperanzado- ¿piensas entonces que para mí será menos díficil que para los otros vampiros,como lo fue para tí? - Pregunté.

Solté una carcajada- Se lo tiene merecido, por ir deslumbrando por ahí. Yo creo que toda la culpa de ésto la tiene él. - Comenté,de broma- Si no fuese taaaan apuesto,no atraería tanto a las chicas. Ellas sólo son víctimas en ésto.
Señalé las dos prendas que llevaba en el brazo- Entonces qué, ¿te las llevas? - Le pregunté. Me giré un poco y busqué con la mirada la sección de vestidos.
-Ahh,antes de ir a esa sección quiero encontrar un pantalón que combine con esta camiseta, y de paso quiero encontrar algo bonito y especial para Rose,Esme y Alice.
-¿Qué opinas?

Pude escuchar el susurro casi imperseptble de Chris y sonreí, noté en su
voz un timbre extraño, como si fuera de deseo o anhelo. Recordé las
emociones que ántes me embargaban cuando Edward estaba a mi lado, ántes
de que nos casaramos o incluso hasta ántes de que fueramos novios. Podía
decir con seguridad que hasta el día de hoy seguía sentiendo lo mismo,
solamente que con algunos pequeños cambios, mi corazón no comenzaba a
latir desbocado cada vez que me tocaba y ya no podía sonrojarme, pero
habitualmente la respiración se me entrecortaba cada vez que me besaba.
Era la magia del primer amor, el que nunca se olvida y que por suerte
para mi estaría a mi lado toda la eternidad.
Suspiré, solía volverme algo cursi cuando pensaba mucho en eso.

La voz de Chris hizo que dejara de lado mis pensamientos ilogicos sobre
el amor que siento por Edward y volviera a la Tierra.
Tanía razón por parte, Rosalie y Emmett son unos exelentes padres, pero
también tenía sus riesgos vivir en una casa rodeada de ocho vampiros, y
vaya que lo sabía me había tocado pasar por unas cuantas experiencias no
muy gratas. Me detuve por un momento a meditar lo que estaba pensando,
sin duda me estaba volviendo algo sobreprotectora -otra cosa contagiada
de Edward-, pero sin duda hubiera preferido que me atacaran millones de
vampiros ántes de pasar un solo segundo sin Edward.
- Si, en eso tienes razón. Creo que somos una familia lo suficientemente normal como para no asustarte- me reí, Christine me hacía acordar tanto a mi.

Comencé a reir cuando me habló otra vez de la película.
- No quiero ni recordarlo- dije fingiendo que un escalofrío me recorría el cuerpo.

Me abrazó en cuanto vió como me derrumbaba por aquella pena. La rodeé
con mis brazos y comencé a negar con la cabeza cuando empezó disculparse.
- No Chris, no te disculpes. Esto siempre me pasa, tu no tienes la culpa. No quiero que controles tus plabras solo por no hacerme sentír mal, de todos modos Renesmee vive presente en mi mente todo el tiempo- odiaba que esto estuviera pasando, me había propuesto a pasar un buen día con mi sobrina y a no obligarla a ver mi lado roto.
- No quiero verte triste por mi, ¿si?. Sigamos con las compras- le pedí.

Compuse mi rostro y continué respondiendo sus preguntas.
- Eso pienso, aunque no puedo asegurarte nada.- le dije con sinceridad- Pero cuando ya tienes una idea de lo que te espera, de que hay cosas que no debes hacer, suele ser algo más facíl. Mira el caso de Jasper, ya conoces la historia, si el hubiese aprendido nuestras forma de ida desde el principio no le costaría tanto ahora-continué.

- El solo disfruta con verme celosa. Y lo peor es que el siempre se muestra sereno si algun chico me mira, es algo totalmente irritante- le conté.
- Si, me llevo esto- asintiendo con la cabeza y arreglando la ropa que tenía en la mano.
- Claro, te ayudaré si no te importa mi extraño gusto- dije haciendo una mueca de resignación.

Volví a negar con la cabeza- Sí,bueno. Y hasta os llevais mejor que una familia normal, casi no os peleais y se nota muchísimo el cariño y el afecto que os teneis. Eso me gusta.

Hice una pequeña mueca- Sin duda, es la película que más miedo me ha dado en toda mi vida, no la volveré a ver jamás.-

La tristeza volvió a inundarme - Lo sé Bells, pero yo encima te hago sentir peor, y juro que no quiero eso. Ya sé que Renesmee siempre está presente en tí, pero también sé que pensar en ella te hace daño.-suspiré- De acuerdo.

-Sí,pienso que todo es más fácil si desde un principio te habituas a ello, como mi madre, ella nunca ha probado la sangre humana, y no le costó tanto trabajo, ¿no es cierto?- Siempre había admirado a mi madre por eso, ella me contó la triste historia de su vida humana, y me parecía totalmente asombroso que matase a tantos hombres y no bebiese de su sangre siendo neófita.

-Bueno...entonces, para que le moleste a él, deberás de hacer como que no te importa que las otras chicas le miren. - Dije, con una pequeña sonrisa en los labios.
- Claro que no me importa Bells. - Miré a mi alrededor, después de todo lo que acababa de pasar, ya no tenía ganas siquiera de seguir con las compras, y estaba segura de que a Bells tampoco le apetecía, yo ya tenía algo bonito y cómodo, y por eso había venido. Además, estaba segura de que la semana que viene no me libraba de las compras con Alice.
- Ha decir verdad...ya no tengo más ganas de comprar. ¿Prefieres que volvamos a casa?