Llegando a un lugar distinto

Sonrei bastante sorprendido, su expresion se habia tornado en otra parecida al nerviosismo y la inseguridad. Sus manos tambien lo demostraban. Desee fervientemente poder tocarlas para poder asegurarle mi agradecimiento por mostrarme sus sentimientos, pero deseché la idea casi de inmediato. El tacto de nuestra especie aunque totalmente suave es frio como el de una roca, no queria asustarla enfriando sus manos.Me limite a mirarla mientras hablaba.

-Agradezco de veras que me hagas participe de algo tan importante como lo son tus pensamientos o inquietudes y por favor no te disculpes- sonrei divertido -La mayoria de la gente piensa que somos asi de...frios.- La palabra salio de mis labios casi como un susuro -La mayoria no se molesta en ver si hay algo dentro de nosotros, sin embargo tu si...- Y ante su deseo no pude contestar de otra manera, sinceramente yo tambien lo deseaba. -Yo tambien lo espero Abigail, yo tambien.- Me recline hacia atras, tranquilo -creo que has dejado una especie de impronta en mi manera de actuar contigo, normalmente no suelo contar nada de mi pasado ni de mis sentimientos a nadie, no estoy acostumbrado a que nadie se moleste en preguntarme. Pero contigo se me hace tan facil....-

-En ese caso Abigail, espero que sea el prologo de un libro que no se olvide jamas, ciertamente.- Nunca habia tenido tal grado de afinidad con una persona, nunca. Me resultaba raro pero tambien estaba enormemente agradecido por su compañia. Su personalidad era muy interesante e invitaba a saber mas y mas sobre ella. Como si el tiempo prolongado que habiamos pasado hablando se hubiera transformado en segundos. Estaba muy comodo. Casi habia olvidado la diferencia racial entre nosotros. Incluso casi habia olvidado que yo era un vampiro y que era con una Lycan con quien hablaba. Mas bien estaba hablando con la persona mas interesante que habia conocido, dejando a un lado todo lo demas.
-Por mi parte aun he de escribir mucho en mi libro, visitar tantos lugares, ver tantas cosas...es una experiencia que te recomiendo con fervor absoluto. Aunque sabiendo la posicion que ostentas, quizas eso fuera algo...dificil.-

tarde solo unos segundos en entender el mensaje, escrito de manera precisa, pero solo para que los ojos adecuados lo descifraran. El mensaje se abrio para mi, como la flor ante el sol. Yo tenia otra para ella, sin duda -esas lineas quedaran grabadas en mi mente como una lapida recien hecha. Si me permites, esto es lo que escribiria en tu libro. - Y me dispuse a expresarle sobre otra servilleta:

"Porque no esta muerto todo lo que yace sin vida y no esta perdido todo lo que anda errante, mi atencion siempre estara atento al devenir de tus pasos y mis manos buscaran a tientas el latir de tu corazon manso. Caminaras sobre inexistencias y paseos nocturnos, y de tu vida se hara un suspiro. Mas no desfallezcas, la eternidad esta proxima. Bajo una luna brillante estare junto a ti, nunca caeremos en el olvido."

-Por favor...- Hice un gesto con la mano, levantandola -No me des la gracias. Como dije cuando me presente, estoy a tu servicio no dudes que seguire cruzandome contigo- Esboze una sonrisa -Solo lamento que el dia se acabe y no sea eterno. A veces es cierto lo que dicen, cuando se es mas feliz el tiempo no tiene apenas sentido, es solo un instante, solo un suspiro.-

En verdad despedirme de aquel momento y sobre todo, de todo lo que habia conocido en aquella chica, me disgustaria en medida, pero seguramente, tendria quehaceres con la manada o mas importante aun...Con sus maestros.Tampoco era mi deseo distraerla de su deber para con los suyos.

En ese momento me levante del asiento he hice una ligera reverencia hacia Abigail, sonriendo. Aunque interiormente no sonreia. Cogi la servilleta donde ella habia escrito y la guarde en mi abrigo a salvo de las inclemencias del tiempo. Camine hacia la puerta del restaurante con pasos de plomo y un vacio. El tiempo que me esperaba fuera era mortecino, gris oscuro. Sin duda estaba anocheciendo.
Los plieges de cielo incorporeo y las nubes aun blancas y rosadas por la puesta de sol, dejaban entreveer las primeras estrellas en un cielo que se adivinaba precioso
Al llegar a la puerta una duda me asalto. Vivo conforme a mis deseos y mi libertad. Habia sentido mas libertad en esa mesa con aquella chica que en varios siglos de azotacalles.
Sin duda esto no terminaria aqui ni ahora.

-Abigail...- ella aun estaba sentada -Aun no me ire de la ciudad y estare aqui un tiempo mas, deseas que esta noche continuemos nuestro inusual encuentro en otro sitio?- Dije sin dejar de mirarla